Men's Health participa en varios programas de afiliación de marketing, lo que significa que Men's Health recibe comisiones de las compras hechas a través de los links a sitios de los vendedores.
¿Cansado de los rapiditos en la ducha? Aquí te contamos cómo frenar un poco y disfrutar del sexo de una forma más profunda.
Hace unos días hablábamos de las diferencias entre hacer el amor y tener sexo. Dos acciones que, aunque tienen muchas cosas en común, se diferencian por el nivel de afecto y unión espiritual que se genera entre las personas que lo están realizando.
En ese artículo contábamos que hacer el amor no solo satisface nuestro deseo por el cuerpo de otra persona, sino que nos satisface a un nivel más profundo. Nos permite llegar a un estado de realización personal más completo y nos hace construir un vínculo más sólido con la persona con la que lo estamos compartiendo.
Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Cómo tener ese tipo de sexo? En este artículo te explicaremos diversas maneras de llegar a ese nuevo nivel.
No nos cansaremos de insistir en la importancia de la comunicación en las relaciones. Y, en este caso, hablar es una herramienta excelente para profundizar en la intimidad que tienen dos personas y establecer conexiones emocionales entre ellas. Abrirse también en lo relativo al sexo, nos permite entrar en la cabeza del otro mientras estamos en la cama, comprender sus reacciones y, en definitiva, conectar más con él.
Es extremadamente beneficioso redefinir entre los dos el significado del sexo. El sexo no tiene nada que ver con un hombre preocupado por el tamaño de su pene o por su rendimiento sexual, ni tampoco con una mujer preocupada por si llegará al orgasmo o no. Ese tipo de comportamientos, de hecho, son los que conducen a muchos problemas sexuales como anorgasmia o disfunción eréctil.
Si quieres construir algo más interesante alrededor del sexo, prueba a olvidarte de eso y centrarte en el momento presente, en la experiencia de estar con alguien a un nivel tan íntimo sin un objetivo en mente.
Y para ello, seguramente las más tradicionales os servirán. Por ejemplo la del misionero, con la que os podréis mirar a los ojos y acariciar todo el cuerpo del otro. También la de la cucharita, en la que disfrutarás de un contacto total entre vuestros cuerpos.
No es lo mismo echar un polvo rápido en el wc portátil de un festival de música que en un ambiente relajado, tranquilo, lleno de velas, luces suaves y colores cálidos.
Tener un espacio adecuado cambia mucho el tono de una relación sexual. También las cosas que la rodean, como por ejemplo aceites de masajes, un baño de burbujas o un poco de cava.
Id probando en qué ambiente y lugar os encontráis más cómodos, quizá es algo mucho más sencillo, tampoco es necesario forzar y convertirlo en la noche de bodas de un cuento de hadas. Aquello que os haga sentir cómodos y relajados será la opción adecuada.
Los besos son, seguramente, una de las diferencias fundamentales entre el sexo y hacer el amor. Besarse, y nos referimos a besarse de verdad, es un acto increíblemente íntimo, supone entregarse a otra persona, fundirse con ella y, dependiendo del tipo de beso, puede ser una experiencia muy intensa, capaz de hacernos olvidar dónde estamos y cuánto tiempo ha pasado.